"Cuando tenemos alguna disfunción que nos dificulta llevar a cabo de manera adecuada el proceso comunicativo, buscamos al profesional idóneo para que nos ayude a superar o minimizar el trastorno. Sabemos que este especialista es el profesional logopeda, tal y como explica nuestro Documento de Perfil Profesional, y en él depositamos nuestra confianza.

Pero es necesario que el logopeda tenga claras unas pautas éticas de comportamiento, que aporten legitimidad a su ejercicio profesional delante del conjunto de la sociedad.

Siendo realistas de esta necesidad, iniciamos el proceso de elaboración de un marco ético para el ejercicio profesional de la logopedia, proceso que supuso la creación de una comisión específica para la elaboración de este trabajo, a cuyo cargo estuvo el análisis de otros códigos éticos, la consulta a profesionales expertos en el tema, la elaboración y presentación del proyecto de código ético a la Junta de Gobierno y a los colegiados, para que pudieran dar su parecer e hiciesen las aportaciones oportunas. Finalmente, el Código de Ética Profesional fue aprobado por unanimidad en asamblea extraordinaria, donde el debate y el consenso hicieron que este acto fuese activo y participativo.

El Código de Ética manifiesta las principales obligaciones que se derivan del ejercicio profesional y lo hace mediante principios y normas que el profesional ha de seguir. Estos principios expresan las líneas generales de la conducta profesional; las normas constituyen las obligaciones que ha de tener en cuenta toda persona que quiera pertenecer al colectivo profesional.

Un código ético es una tarjeta de presentación del grupo profesional que lo propugna, ya que establece sus señas de identidad, hace explícitos sus objetivos y valores y enuncia su manera de hacer y de relacionarse.

Queremos que sea concebido como un instrumento orientador de criterios de conducta y no como un precepto rígido que deba ser aplicado en cualquier circunstancia.

Como profesionales de la logopedia tenemos deberes tanto hacia el usuario como hacia la sociedad y también ante nuestra profesión: la logopedia. Si el Código de Ética se presenta como un instrumento que orienta la acción, sin duda será muy útil en la práctica diaria, a la hora de resolver conflictos que puedan surgir con relación a esos deberes. El discurso ético es el discurso del diálogo. Tener a nuestra disposición un Código de Ética Profesional supone la necesidad de dialogar para consensuar las respuestas a las situaciones más conflictivas.

La ética profesional se desarrolla cuando somos conscientes del servicio que prestamos como profesionales a la sociedad de la que formamos parte y cuando conocemos los principios fundamentales que orientan nuestra actividad, así como las normas concretas que la rigen.

Deseamos que el Código de Ética Profesional del CLC sea un instrumento que favorezca la confianza mutua y signifique una garantía de calidad para el usuario de la logopedia. Anna Civit Canals "